lunes, 13 de septiembre de 2010

Elefante 2


Los elefantes

Los elefantes saben descansar
van a morir de paz
Un elefante sabe como aquél
el creador de la tierra y el sol
y si es que ves como se extienden
si ves como se resignan
a olvidar su inexplicable soledad
serás como ellos
te podrán contar los cuentos mas extraños
pero no te apuraras
Los elefantes saben olvidar
míralos como están
mira sus largas trompas sin razón
como huelen todo lo que está
y si es que ves como se extienden
si ves como se resignan
a olvidar su inexplicable soledad
serás como ellos
te podrán contar los cuentos mas extraños
pero no te apuraras
Un elefante anda por aquí
vamos a verlo andar
mientras sea un elefante hasta el final
no tendrás que entender
y tendrás calma
tendrás calma
y tendrás
una blanca calma
una blanca calma, una blanca calma
una blanca calma, blanca calma.
Luis Alberto Spinnetta



Las flores con los floros

No quise escuchar
pero hablan de ti en un balcón
No pises mi casa
Fea elogia a los feos
Aléjate chica
me vas a acalorar
Si me buscas
estarás sola de no encontrarme
estaré en el charco de lodo
A dos cuadras
Y le dije al Viejo
de la puerta
si te viera
No aguantaras
el olor a sus dientes
No persigas este viejo aroma
Exagerada del perfume
mujer hedónica
La mentira esconderá mi sombra
cuando me esconda mal.
Lastima
te desquicias tanteando
donde no se ve.
Lihuen Peirone.


Los pelos de la hendija

La manteca intacta
sobre el calefactor.
Los tipos estos
olvidaban leer
escribían como putas
sus manos amarillas de tabaco
y en otras, plumas de barro
Quedaban sin hojas
y golpeaban sus caras
encerradas
Llegaban las palomas al techo
Las comían y se morían por ver
más allá
Cuando la intriga les pateó el lomo
Se fueron en jauría
y la luna los mató.
Lihuen Peirone




Lo nuevo

Y se abrió, a lo extraño a lo nuevo,
se abrió. Una puerta que solo decía,
pase nada lo espera.
Y en realidad, todo lo esperaba allí.
Rodolfo Schmidt


Emperador.

Un héroe eterno fracasó,
a la mañana despertó.
Ya como un hombre sin fin.
Su espada no pudo pulir, y el tiempo carcomió,
el que alguna vez, fue el acero liberador.
Un anillo cayó, en el medio de la oscura batalla,
en ese bosque se perdió,
aquella inscripción de un soñador.
Su dolor no pudo soportar,
paso un tiempo y cayó abatido, por su propia sangre,
falleció en un sueño, que no le fue eterno.
Rodolfo schmidt

1 comentario:

  1. grande roditoooo. muy interesante lo tuyo! aca te dejo mi blog: www.zona-de-deportes.blogspot.com

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